En un mundo lleno de soluciones inalámbricas, desde el wifi hasta los auriculares, hablar de cables puede sonar un poco a la vieja escuela. Pero cuando se trata de la seguridad de tu hogar, a veces lo clásico es lo más fiable. Las alarmas cableadas son las grandes desconocidas del mercado residencial, pero son las campeonas indiscutibles en robustez. ¿Son para ti? ¿Merece la pena la instalación? En esta guía te vamos a contar todo lo que necesitas saber sobre ellas, sin tecnicismos y con las cosas claras.
¿Qué información vas a encontrar en este artículo?
¿Qué es exactamente una alarma cableada y cómo funciona?
La explicación es tan sencilla como su nombre indica. En una alarma cableada, todos los componentes del sistema (los detectores de movimiento, los sensores de las puertas, el teclado, la sirena…) están físicamente conectados a la centralita a través de un cable.
Imagina la diferencia entre un teléfono fijo y un móvil. El móvil es cómodo y te lo llevas a todas partes, pero a veces pierde la cobertura. El fijo, en cambio, siempre está ahí, con una conexión estable y directa. Una alarma cableada funciona con esa misma filosofía: una conexión física, permanente y segura. El cableado suele ir oculto por las paredes y los falsos techos para que no se vea.
Ventajas y desventajas de las alarmas cableadas
Como todo en la vida, tienen sus pros y sus contras. Y aquí, son muy claros.
Las ventajas: por qué son las más seguras
- Son inmunes a los inhibidores de frecuencia: esta es su mayor ventaja y lo que las convierte en la opción más segura. Como la comunicación va por cable, son inmunes a los inhibidores de frecuencia que usan los ladrones para bloquear las señales de las alarmas inalámbricas. No hay señal de radio que puedan sabotear.
- Fiabilidad a prueba de bombas: la conexión por cable es extremadamente estable. No se ve afectada por interferencias de otras redes wifi, muros gruesos o problemas de cobertura que a veces pueden afectar a los sistemas inalámbricos.
- Mantenimiento mínimo: ¡Olvídate de cambiar las pilas! Al estar alimentados directamente por la central, los sensores no necesitan baterías. Solo tendrás que preocuparte de la batería de respaldo de la centralita, que dura años.
- Mayor durabilidad: al ser sistemas más robustos y con menos componentes electrónicos expuestos a fallos de comunicación, suelen tener una vida útil más larga.
Las desventajas: lo que debes tener en cuenta
- La instalación es compleja y requiere obras: este es su principal inconveniente. Para instalar una alarma cableada, hay que pasar los cables por las paredes, lo que implica hacer rozas, taladrar y, en definitiva, meterse en una pequeña obra.
- Menos flexibilidad: una vez instalado, un sensor cableado no se puede mover de sitio fácilmente. Si quieres redecorar o cambiar la distribución de una habitación, puede ser un problema.
- Coste inicial más elevado: el equipo en sí no es necesariamente más caro, pero el coste de la instalación profesional (que es imprescindible) eleva el precio inicial en comparación con un sistema inalámbrico autoinstalable.
Alarma cableada vs. inalámbrica: la gran comparativa
Para que lo veas de forma clara, aquí tienes una tabla que resume las diferencias clave:
Característica | Alarma Cableada | Alarma Inalámbrica |
---|---|---|
Instalación | Requiere obras, lenta y compleja | Rápida, limpia y sin obras |
Fiabilidad | Máxima. Sin interferencias | Muy alta, pero sensible a inhibidores |
Seguridad | Inmune a inhibidores de frecuencia | Vulnerable si no tiene sistemas anti-inhibición |
Mantenimiento | Mínimo (sin pilas en sensores) | Requiere cambio periódico de baterías |
Flexibilidad | Baja (difícil de modificar) | Muy alta (fácil de ampliar o mover) |
Coste Inicial | Más elevado (por la instalación) | Más bajo (muchas opciones DIY) |
¿Cuándo es una alarma cableada la mejor opción para ti?
Las alarmas cableadas no son para todo el mundo, pero hay situaciones en las que son, sin duda, la mejor elección.
- Si estás construyendo tu casa o haciendo una reforma integral: este es el momento perfecto. Se puede planificar el paso de los cables desde el principio, dejándolos ocultos y perfectamente integrados, sin coste extra de obra.
- Para viviendas muy grandes o con muros muy gruesos: en casas muy grandes, las señales inalámbricas pueden tener problemas para llegar de una punta a la otra. El cableado garantiza una conexión perfecta en cada rincón.
- Para negocios que requieren alta seguridad: las alarmas de Grado 3, obligatorias para joyerías o farmacias, suelen combinar componentes cableados por su alta fiabilidad y seguridad. Son la base de las alarmas para negocios más serias.
- Si buscas la máxima tranquilidad y fiabilidad: si eres una persona que prioriza la seguridad por encima de la comodidad de la instalación y no quieres dejar ni el más mínimo resquicio a la vulnerabilidad, un sistema cableado es tu mejor opción.
Preguntas frecuentes sobre alarmas cableadas
¿Se puede conectar una alarma cableada a una Central Receptora de Alarmas (CRA)?
Sí, por supuesto. Y es lo más recomendable. La mayoría de las grandes empresas de seguridad pueden instalar y conectar un sistema cableado a su CRA, ofreciéndote lo mejor de los dos mundos: la robustez del cable y la vigilancia profesional 24/7.
¿Qué pasa si se va la luz en casa?
No hay problema. Todas las centrales de alarma, tanto cableadas como inalámbricas, cuentan con una batería de respaldo que les permite seguir funcionando de forma autónoma durante varias horas en caso de un corte eléctrico.
Un ladrón podría simplemente cortar los cables, ¿no?
Los sistemas de alarma cableados profesionales están diseñados para evitarlo. Si un cable es cortado o manipulado, la centralita lo detecta inmediatamente como un intento de sabotaje y hace saltar la alarma.
¿Cuánto cuesta una alarma cableada?
El precio de una alarma cableada varía mucho. El coste del equipo puede ser similar al de una inalámbrica, pero hay que sumar el coste de la instalación profesional, que puede ir desde unos cientos hasta más de mil euros, dependiendo de la complejidad de la vivienda.
Las alarmas cableadas son una inversión en robustez. No son la opción más rápida ni la más flexible, pero sí la más fiable y segura a largo plazo, especialmente si estás en el momento adecuado para su instalación.